“COSTA
DE MARFIL, PIEZA CLAVE DEL ÁFRICA OCCIDENTAL”
Resumen de la problemática:
Costa
de Marfil ha pasado de ser considerada
el Milagro marfileño a encontrarse en un
proceso de reconstrucción económica y social tras llegar a estar cerca de ser
un Estado fallido. El futuro puede deparar que el país vuelva a ser una pieza
clave en una región que mezcla los
intereses en el suroeste del Sahel y el corazón del África Occidental y el
Golfo de Guinea.
Palabras clave:
Ouattara,
intereses, Francia, importancia estratégica, locomotora económica.
INTRODUCCIÓN
En
África Occidental, en la zona del Golfo de Guinea, se encuentra Costa de
Marfil, país que saltó a los
informativos europeos el pasado año por la reciente crisis política sufrida
tras las elecciones presidenciales de
finales de 2010. No es un hecho aislado para Costa de Marfil en la última década ser foco de noticias por
motivo de guerras, crisis y conflictos internos que muchas veces la han convertido para Occidente
en uno más de los conflictos africanos.
Sin
embargo la historia de Costa de Marfil, país que accedió a la efectiva
independencia del poder francés el 7 de
agosto de 1960, y su papel en la región
del África Occidental merece un espacio
aparte. Estos más de 50 años nos hablan de un proceso de relativo éxito como
estado independiente y más en comparación con su entorno regional, donde ya
era conocida como la perla de África en
la etapa colonial. Considerada como un
sinónimo de prosperidad provocaba
a propios y extraños orgullo y curiosidad sobre la fórmula del éxito.
ANTECEDENTES
LA ERA
HOUPHOUËT-BOIGNY
Los
primeros 30 años de independencia de Costa de Marfil estuvieron marcados por
una figura preeminente, Félix Houphouët-Boigny, presidente del país desde 1960 hasta su muerte en 1993. En torno a su persona se
puede entender el proceso inicial y la importancia estratégica del país. Fue una de las figuras
políticas africanas más importantes en la Francia de posguerra, llegando a ser diputado en la
Asamblea Nacional, ministro de Estado en los
sucesivos gobiernos franceses de los años 50 y signatario de la Constitución
de la V República francesa. Lideró la
idea de una unidad política y económica del África Occidental y en principio abogaba por una autonomía de la
región bajo el paraguas francés como territorios
autónomos. Las ansias independentistas de la región le vieron obligado a fomentar
y declarar la independencia de Costa de Marfil pero sin dejar de lado a
Francia.
Durante su gobierno
Houphouët-Boigny mantuvo un aparente equilibrio de poderes internos en el que
los distintos grupos étnicos debían estar representados equitativamente; aunque
no evitó ciertas desigualdades y confrontaciones interétnicas sí que logró que
éstas fueran de baja intensidad en
comparación con las de otros puntos del continente negro. Recordemos que la división étnica del país
incluye a unos 60 grupos que se encuadran en
cuatro grupo principales (akan, mandé, kru y el voltaico o senóufo) más
el de los descendientes de inmigrantes
(un 40% de la población).
COSTA DE MARFIL TRAS HOUPHOUËT
A
la muerte de Hophöuet-Boigny el escenario político estaba dominado por tras
figuras: el que fue inmediato sucesor de Houphouët, Henri Konan Bédié, baoulé
del centro del país, supuesto delfín de
Houphouët y que lidera el partido creado por Le Vieux; Laurent Gbagbo, bété del sur y católico convertido al
protestantismo, era el principal líder opositor (vivió en el exilio en Francia al abrigo de líderes socialistas
franceses como Guy Labertit o Jack Lang) y que
ha ejercido la presidencia desde 2001 a 2010. Actualmente se encuentra
en La Haya ante la CPI acusado de delitos de lesa humanidad. El tercer actor en
liza es el actual presidente Alassane Dramane Ouattara (conocido por sus siglas
ADO), musulmán y dioula del norte, que fue el último Primer Ministro de
Houphouët-Boigny así como director adjunto del FMI. Estos tres políticos han
encabezado la vida política del país hasta nuestros días.
Durante su presidencia
Bédié promulgó la llamada ivoirité, norma
por la que se establecía que los
candidatos a presidente solo podrían ser aquellos de padre y madre
marfileña además de hacer una distinción
entre marfileños de pleno derecho y los que no. Con ello buscaba evitar la candidatura de Ouattara y
además de causar una división de reminiscencias étnico-xenófobas puso la
última piedra para las luchas posteriores.
YAMOUSSOUKRO COMO PARADIGMA DE LA SITUACIÓN DEL
PAÍS
La construcción de una nueva capital política
en el centro del país, Yamoussoukro, es un
buen ejemplo de lo que pudo ser el país y como se frenó este desarrollo.
Fue un deseo de Houphouët Boigny de
establecer, en lo que era una pequeña ciudad, la capital política del país; un centro político en el centro
geográfico. En dicha ciudad se construyeron una serie de grandes edificios presidenciales y
parlamentarios teniendo como símbolo la Basílica de
Nuestra Señora de
la Paz, el edificio religioso más grande de la Cristiandad hecho a imagen
y semejanza de la Basílica de San Pedro
del Vaticano. Su costo estimado fue de más de 120 millones de euros, consagrada por Juan Pablo
II hoy día sufre un estado de mantenimiento ampliamente mejorable.
Como vemos
Yamoussoukro se convirtió en todo un símbolo de lo que pudo ser el país y
en lo que acabó por convertirse; una
capital política que en realidad no puede ejercer como tal por la pérdida de recursos que impiden el
traslado gubernamental y sobre todo por una
división política apoyada en las armas que paraliza al país.
COSTA DE MARFIL CAMPO DE ACTUACIÓN INTERNACIONAL
Pero el papel de
Costa de Marfil en la región y los intereses creados no impidieron, pese a los intentos de Gbagbo, que la crisis fuera
escenario de intereses y actuaciones internacionales.
Desde el comienzo de la guerra de 2002 hasta nuestros días son numerosos los actores internacionales que toman parte en
el conflicto y muestran el juego de intereses en la zona.
Francia se
encuentra a la cabeza de todo, protagonista tanto de forma voluntaria como involuntaria. Con el Acuerdo de Defensa de
1961 el presidente Gbagbo contaba con que las
fuerzas galas le ayudasen a controlar el levantamiento de 2002 pero no
fue así. Aunque Gbagbo fue un férreo
opositor de Houphouët y se instaló en el ala socialista africanista contraria a toda injerencia occidental en el
continente al llegar al poder mantuvo, al menos
formalmente, las relaciones y vínculos con Francia y Occidente. Era
consciente de que la economía y por
extensión el poder estaban en manos occidentales (empresarios franceses en los más diversos sectores, multinacionales
del cacao, etc,…). La falta de colaboración
francesa interpretada como pasividad, incumplimiento de los acuerdos e
incluso colaboracionismo con los
rebeldes fue la piedra de toque para iniciar una política anti francesa que empezó a preocupar sobremanera
al Quaid´Orsay.
PROBLEMÁTICA
LA CRISIS DE 2010
Con este escenario
político y esta confluencia de intereses internacionales la situación de Costa de Marfil se dirigía a la búsqueda de
la reconstrucción del país y la estabilidad hasta el 2010. Por los Acuerdos de Ouagadougou se
establecía la realización de elecciones
presidenciales que sucesivamente se iban retrasando. Con la presión y
financiación de Francia, EEUU, la ONU y
la UE finalmente se convocan elecciones para octubre y noviembre de 2010 a doble vuelta. No sin apurar hasta última
hora la posibilidad de un nuevo
aplazamiento, finalmente tuvieron lugar en medio de una gran expectación
continental y esperanza nacional pero en un ambiente de contenida tensión.
A la segunda vuelta
pasaron Laurent Gbagbo y Alassane Ouattara (en
alianza con Bédié en el RHDP y la
Comisión Electoral Independiente proclamó vencedor a Ouattara, resultado certificado por NNUU y numerosos
observadores. El Consejo Constitucional, cercano al presidente Gbagbo, estableció un resultado
totalmente contrario al que se agarró Gbagbo
para no aceptar el certificado y apoyado internacionalmente. La
situación fue degenerando y el país se
encontró con dos presidentes y dos gobiernos con sus respectivos ministerios en
Abidjan, lo cual llevaba la división del país al corazón del mismo y de la
región.
La situación
provocaba situaciones de todo punto esperpénticas como que Ouattara proclamase
como festivo un día y Gbagbo un día distinto, que Gbagbo hiciese llamamientos a
pagar los impuestos y trabajar para que la vida siguiese su curso mientras
Ouattara llamaba a la huelga, la paralización de las exportaciones y a que
nadie pagara impuestos hasta que se hiciese con el control efectivo. La guerra
mediática hizo aparición calentando aún más los ánimos. Gbagbo controlaba la administración
físicamente, es decir, las sedes gubernamentales y las fuerzas y cuerpos de
seguridad se mantenían nominalmente bajo su control. Mantenía un control de
facto sobre las principales fuentes de ingresos del país; las zonas del cacao,
los puertos y zonas petroleras, las empresas del sector,
las sedes bancarias públicas y privadas y la producción eléctrica de la que
dependen países vecinos.
Por su parte
Ouattara contaba con el reconocimiento internacional de las grandes
potencias occidentales, la ONU, la UE,
la CEDEAO y la mayoría de países africanos. También controlaba la firma sobre
los movimientos financieros del Estado sobre sus cuentas en la BCEAO. El
gobierno de Ouattara se estableció en el Hotel Golf aislado por las fuerzas
armadas controladas por Gbagbo. El hotel
dependía para su seguridad y abastecimiento de las fuerzas de la ONUCI y elementos de la fuerza francesa
Licorne. Ello era una más de las declaraciones
de intenciones de la comunidad internacional, que aunque no contaba con
el apoyo de Rusia, sí mostró una gran
unidad y decisión de hacer valer el resultado electoral que había validado, con
Francia y la UE a la cabeza de esta labor.
La rápida resolución del conflicto era fundamental para numerosos
actores implicados. Cada día que pasaba
la paralización política y económica del país dañaba a sus vecinos económicamente así como planteaba la
paralización de inversiones y movimientos económicos nacionales y regionales.
Naciones Unidas y
la Comunidad Internacional veían como el calendario africano de elecciones (que entre 2010 y 2012 afectaba a
casi todos los países subsaharianos y sobre
todo a los que estaban saliendo de procesos de crisis políticas
internas) peligraba con el precedente de un presidente, Gbagbo, que no
aceptaba el resultado electoral y se
parapetaba en el poder. Todo un antecedente que podía convertir en
pesadilla el cargado calendario
electoral africano. Mientras las
revoluciones árabes tenían lugar y la situación en Libia se complicaba, en
Costa de Marfil la situación apuntaba a un enfrentamiento armado total. La
diferencia es que en Costa de Marfil la actuación de las potencias occidentales
y la ONU fueron más enérgicas y
dinámicas.
LAS PERSPECTIVAS DE COSTA DE MARFIL
La labor del gobierno de Ouattara es ardua.
Sus prioridades pasan por obtener la reconciliación nacional, implantar la
seguridad, recuperar la economía y mejorar la gestión gubernamental. Con ello
podría recuperar la estabilidad y la senda positiva que abandonó el país en los
años 90. Apoyado en su buena imagen internacional y la importancia estratégica
del país está consiguiendo numerosos apoyos financieros y políticos con Francia
a la cabeza.
La Reforma del
Sector de Seguridad es una de las misiones prioritarias17. Sus puntos
cardinales serán la unificación de las Fuerzas Armadas, la reforma de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y la desmovilización de los grupos e individuos
armados. Durante el desarrollo de la crisis postelectoral Ouattara creó las
FRCI.
Inicialmente
basadas en las antiguas FAFN conseguir la integración de los elementos de las
antiguas FDS y FAFN, la instauración de una rígida disciplina interna, del
respeto a la ley y el freno a las actuaciones ilegales y descontroladas de sus
elementos es el reto al que se enfrenta su nuevo Jefe de Estado Mayor, Soumaïla
Bakayoko, anteriormente Comandante de las FAFN.
Muestra de la importancia que tiene esta área y la decisión de Ouattara
de poner orden en las Fuerzas Armadas es que si en el anterior Gobierno el
Primer Ministro Soro ejercía también de Ministro de Defensa, en el nuevo
Gobierno nombrado el pasado 13 de marzo es el propio Presidente Ouattara el que
asume estas funciones.
Sobre la
desmovilización de combatientes al final del conflicto armado en abril de 2011
el Programa Nacional de Reinserción y Rehabilitación Comunitaria preveía que
son unos 100.000 los ex-combatientes que hay que identificar, desarmar y
reinsertar. Esta es una labor fundamental para poner fin a la extensión de
grupos armados y el posible renacimiento de enfrentamientos a mediana y gran
escala. Las previsiones más optimistas calculan unos 10 años para llevar a cabo
esta misión.
En el área de
seguridad ocupa un lugar destacado el Acuerdo de Defensa entre Costa de Marfil
y Francia. Dicho Acuerdo establece una reducción de tropas francesas en el país
por el que de los casi 2000 soldados que hubo en la última crisis de 2010 y
2011 se quedarán unos 300. Ouattara deseaba que se mantuvieran en su número
actual pero finalmente el Acuerdo se basará en la cooperación en materia de
formación y la lucha contra la piratería marítima,
contra el
terrorismo y los tráficos ilícitos así como en el entrenamiento de las Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad marfileñas, apoyo a las fuerzas de la ONUCI y la
protección de la comunidad francesa en el país. De hecho el asesoramiento
francés al actual gobierno en materia de seguridad y defensa ya es más que notorio18. Pese a ello Francia ha reincidido en que no
piensa colaborar ni entrenar fuerzas que estuviesen implicadas en crímenes de
guerra, tanto de un bando como de otro,
advirtiendo con ello claramente a algunos de las fuerzas que han estado bajo
bando de los Comzones de las FAFN.
Tampoco este
Acuerdo refleja la intervención y apoyo de tropas francesas ante amenazas externas contra Costa de Marfil. El contenido
del Acuerdo se hizo público tras su firma en
enero de 2012 y las partes expresaron públicamente que no hay cláusulas
secretas como en el anterior Acuerdo. Su
renovación se hace poco después de la firma de acuerdos similares con Togo, Gabón, Camerún, Senegal, República
Centroafricana y Comores y en el escenario de una reconcentración de las
fuerzas francesas en el continente.
También en esta
área destaca la reciente visita del Primer Ministro Soro a EEUU a mediados de diciembre de 2011. En dicha visita EEUU ha
reafirmado la gran importancia que da a
Costa de Marfil y han acordado el envío de un experto militar para
asesorar al Gabinete del Primer
Ministro. La Embajadora de EEUU ante la ONU, Susan Rice, ha aseverado el
especial interés estadounidense en
colaborar en la lucha contra la criminalidad transfronteriza en la
asesoramiento que también está haciendo Marruecos entrenando a fuerzas
especiales marfileñas en territorio
marroquí. Esta previsto la próxima firma de numerosos Acuerdos entre Ouattara y
Mohamed VI, incluyendo un Acuerdo de Defensa y Seguridad.
También en esta
área destaca la reciente visita del Primer Ministro Soro a EEUU a mediados de diciembre de 2011. En dicha visita EEUU ha
reafirmado la gran importancia que da a
Costa de Marfil y han acordado el envío de un experto militar para
asesorar al Gabinete del Primer
Ministro. La Embajadora de EEUU ante la ONU, Susan Rice, ha aseverado el
especial interés estadounidense en
colaborar en la lucha contra la criminalidad transfronteriza en la región así
como en la creación o nacimiento de unas fuerzas de seguridad de carácter
subregional. Soro
ha reincidido en la petición de la creación de una Escuela Militar estadounidense de élite para los países
francófonos. Esta visita y sus conclusiones reafirman que uno de los intereses estadounidenses más
importantes en el país es el control efectivo
por parte de Costa de Marfil sobre los movimientos económicos
(transacciones comerciales, uso de los
recursos mineros, tráficos ilícitos,…) y poblacionales en sus fronteras.
Paralelamente a la
labor de Reforma del Sector de Seguridad el nuevo Gobierno y Asamblea Nacional deben actuar por la recuperación
económica. Ouattara ha planteado un ambicioso
Plan de Desarrollo Económico que prevé que el país doble en 2020 su
actual PIB alcanzando los 38.000
millones de euros e implemente un Plan Nacional de Desarrollo (PND) de
17.500 millones de euros. Para ello
depende de la ayuda e inversión internacional y Francia ha sido la primera en aportar su apoyo.
Como muestra de la
buena sintonía política y personal de Ouattara y Sarkozy en enero de 2012 el gobierno galo se comprometió a
condonar más de mil millones de deuda del Estado marfileño con Francia así como a interceder
ante el FMI para que éste dé el visto bueno a
una anulación generalizada de la deuda exterior marfileña, pudiendo
alcanzar los 4.500 millones de euros.
Con ello el gobierno de Sarkozy vuelve a dar un espaldarazo a Ouattara y así éste podrá iniciar su PND este mismo año
invirtiendo 945 millones de euros solo en 2012
para labores urgente de desarrollo, partida de la que se benefician en
gran medida empresas francesas.
En los últimos
quince años la política marfileña ha contado con un factor impredecible
signo de la inestabilidad y confrontación
que ha vivido. Las elecciones del pasado
11 de diciembre, boicoteadas por los
seguidores de Gbagbo, en las que ha obtenido la mayoría el RDR de Ouattara
marcan el siguiente paso a seguir. Una
Asamblea Nacional con una testimonial representación opositora y un nuevo
gobierno encabezado por el Primer Ministro Ahoussou Kouadio del PDCI de Bédié
sustituyendo a Soro, que pasa a presidir la Asamblea Nacional, son las
herramientas para actuar. Conseguir que tomasen posesión y empezasen a trabajar
en sus nuevas funciones sin incidentes ni tensiones ha sido el primer
éxito. Como se utilicen estas
herramientas en los próximos meses mostrarán si Ouattara, Bédié y Soro
continúan priorizando el pragmatismo político en busca de la estabilidad
estatal. Las presiones externas para lograrlo son considerables lo cual
dificulta pero no impide un distanciamiento de los tres líderes antes citados.
Además a nivel interno hay tres factores destacados a tener en cuenta que
pueden poner en peligro el proceso de estabilización:
«
La
seguridad es todavía el problema prioritario, la situación ha mejorado desde
el verano de 2011 pero siguen dándose
numerosos incidentes en los que se ven envueltas
las FRCI, con enfrentamientos en su seno entre ex-FDS y ex-FAFN incluidas. Los incidentes con muertes y actos violentos
de diverso tipo se suceden indicando la
debilidad del proceso de estabilización, reconciliación y reconstrucción
y ponen en duda la capacidad de la FRCI
para cumplir con su papel en el proceso.
«
El
papel de los seguidores de Laurent Gbagbo: con su cabeza visible juzgado en la
CPI la situación es variada con líderes
como Blé Goudé exiliados, dirigentes como la
esposa de Gbagbo, Simone, encarcelados y numerosos partidarios de vuelta
al país con el beneplácito de Ouattara.
Su capacidad de reorganización está
dañada sobre todo por la ausencia de un
nuevo líder claro y los intereses personales de los numerosos cabecillas.
«
La
inestabilidad al oeste del país: en las sucesivas crisis ha sido la zona con
enfrentamientos más sangrientos y violentos del país que más desplazados ha
producido en la última crisis. Acoge las milicias más peligrosas, gracias en
parte a la porosidad de la frontera
liberiana y el tránsito de mercenarios.
Justo antes de las elecciones legislativas de diciembre de 2011 el
presidente Ouattara no pudo visitar la
zona oeste por los problemas de seguridad. Los problemas interétnicos
más los dos puntos anteriores confluyen en la zona Oeste del país y hacen que
exista una alta probabilidad de
resurgimiento de luchas intercomunitarias que podrían frenar la estabilización del país.
«
Con
este escenario el presidente Ouattara ha desarrollado una intensa labor
diplomática en los últimos meses. Desde Washington a París y desde Casablanca a
Bruselas pasando por todos los países de la región, Ouattara ha tratado de
recuperar la confianza y colaboración internacional así como los lazos,
proyectos e intereses con su entorno geográfico. Esta labor es una de las bases
para hacer volver la credibilidad hacia el país, una credibilidad que si va
acompañado de avances en la seguridad interna, el buen gobierno y el
crecimiento económico hará que la locomotora marfileña vuelva a tirar de sus
vecinos devolviéndole el prestigio y la influencia en el África Occidental y el
continente.